La Fábrica de Armas de Palencia

La Fábrica de Armas, construida como cuartel militar entre 1922 y 1926, fue transformada en factoría para la construcción de armamento durante la Guerra Civil.

JAVIER DE LA CRUZ MACHO

La actual Fábrica de Armas fue diseñada como cuartel militar Alfonso VIII por los comandantes José Díaz y Jerónimo Robredo. Se extendía por un área de 100.000 metros cuadrados, con un perímetro de 1.200 metros y contaba con 16 pabellones. Tres de ellos albergaban los dormitorios de la tropa, cada uno con capacidad para 1.200 hombres, otros siete las cuadras y los seis restantes dependencias diversas: cuerpo de guardia, oficinas, cocinas, habitaciones de oficiales, etc. A la vez, fueron creados amplios patios interiores para la formación de la tropa y sus ejercicios.

Las obras le fueron adjudicadas al constructor local Eugenio Palomino por un valor de 4,5 millones de pesetas, bajo la dirección del ingeniero militar Rafael Sabio. Iniciadas en 1922, tenían un plazo de ejecución de cuatro años. Su puesta en marcha supuso un alivio para muchos obreros de la ciudad, que encontraron trabajo en la construcción, y también para las empresas palentinas, ya que, a juzgar por las crónicas de la época, la mayoría del material preciso fue adquirido en la provincia.

Las obras concluyeron en 1926, en el plazo previsto. No hubo ninguna ceremonia ni acto oficial de inauguración ya que, una vez terminadas, las tropas se trasladaron de inmediato al nuevo cuartel. Su apertura supuso el cierre de los otros dos cuarteles, que quedaron vacíos y sin uso: el de Alfonso XII, convertido en escuelas en 1930 con el nombre de Alonso Berruguete, y el de San Fernando, donde en 1950 se situó el actual grupo escolar Blas Sierra.

El nuevo cuartel de Alfonso VIII fue uno de los mejores de España en aquel momento. La amplitud y el diseño de sus instalaciones resultaban muy apropiados para el ejercicio militar. La calidad de las instalaciones hizo que allí se realizasen juras de bandera, la celebración del vigésimo quinto aniversario del reinado de Alfonso XIII o el sorteo de reclutas, pero también concursos de hípica e incluso la Fiesta del Libro Español. Su construcción supuso además un factor de atracción y desarrollo de esa zona, convirtiéndose en un nuevo espacio de poblamiento. La edificación de casas no se hizo esperar y surgió un nuevo barrio que, popularmente, fue llamado barrio del cuartel.

La Guerra Civil fue la responsable de la conversión del cuartel en fábrica de armas. La histórica fábrica de armas de Toledo, que tradicionalmente había fabricado sables y espadas, venía elaborando desde hacía años cartuchería para pistolas y fusiles. Con el inicio de la contienda, esa fábrica quedó bajo control del ejército golpista de Franco, pero dada su cercanía a Madrid sufría constantes ataques, en un intento por parte del legítimo Gobierno republicano de recuperar el control de una producción tan estratégica en tiempos de guerra. Esa situación hizo que las autoridades golpistas decidiesen abrir una sucursal de la fábrica en Palencia. Desconocemos la fecha concreta, pero sabemos que en julio de 1937 ya se producían cartuchos en la ciudad en los antiguos Talleres Palencia, bajo la denominación de Fábrica Nacional Toledo-Palencia. Ese mismo año se celebró por primera vez la festividad de Santa Bárbara, organizada por la Fábrica de Armas, en la iglesia de San Miguel.

La fábrica duró poco tiempo en los Talleres Palencia, pues en 1938 la producción se trasladó al cuartel del Carrión, iniciándose una serie de obras que duraron dos años para acomodar el complejo a su nueva función fabril. En enero de 1940 la fábrica de Palencia se independizó de la de Toledo y comenzó su propia andadura. A partir de ese momento empieza una etapa de crecimiento con la creación de la Escuela de Formación Profesional Obrera de la Industria Miliar, donde los futuros trabajadores eran formados como aprendices. En la primera convocatoria se ofertaron 25 plazas para personas de entre 14 y 16 años. Poco después se construiría un economato, piscina, cine-teatro, parque infantil e incluso una escuela propia, además de viviendas para los obreros, estas últimas fuera del recinto industrial. Representaba uno de los modelos de industrialización franquista, el del paternalismo industrial, con base en el socialismo utópico y en la doctrina social cristiana, pero desarrollado y amplificado por el fascismo europeo. El objetivo era mejorar las condiciones de vida del obrero, pero no como fin en sí mismo, sino como medio de conseguir la paz social, invirtiendo además en la generación de nuevos obreros formados mediante las escuelas.

Sin embargo, este modelo empezaría a desaparecer a partir de 1959 y la puesta en marcha de los llamados planes de estabilización, tendentes a modernizar España, contener su inflación e integrar al país en la economía mundial. Ese mismo año, 1959, se ordenaba por ley al Instituto Nacional de Industria la creación de una sociedad anónima que aglutinase a las fábricas de armas, entre ellas la palentina.

En 1960 se regularon las relaciones entre las empresas afectadas y la nueva empresa constituida por el INI. Finalmente, el 22 de junio de 1960 se creó oficialmente la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares Sociedad Anónima, que se hizo cargo de la empresa palentina en 1961. Durante los años 60 y 70 la Fábrica de Armas vivió su etapa dorada, llegando a tener casi mil trabajadores.

Para más información: Palencia. Momentos, personajes y lugares para la historia (vol. 2)