Las evidencias que han llegado hasta nuestros días revelan que el sistema creado por los romanos para extraer el oro abarcaba al menos desde Camporredondo hasta Mantinos
ROBERTO MATÍAS RODRÍGUEZ
En el entorno del Alto Carrión, situado al norte de la provincia de Palencia, se encuentran los vestigios de las explotaciones de oro romanas más orientales conocidas hasta la fecha en el territorio del Noroeste Hispano, ciertamente alejados de las grandes zonas mineras situadas más al oeste, como pueden ser las Omañas-Villablino y la Maragatería-Teleno, en la provincia de León, con las que no existe solución de continuidad. Se trata, pues, de una zona de extracción en cierto modo aislada, pero no por ello carente de importancia, dada la magnitud de las explotaciones estudiadas, algunas de las cuales se han podido evaluar por primera vez. Hasta nosotros han llegado los restos de grandes infraestructuras hidráulicas de abastecimiento, acordes con el volumen de los trabajos mineros, las cuales han servido para la localización de las zonas de explotación del oro, apaciblemente olvidadas entre bosques de robles. Una vez más, el Imperio Romano nos enseña todavía en el siglo XXI su enorme capacidad para la localización de los recursos minerales.
La investigación realizada ha permitido definir con total seguridad la función y finalidad de la conducción hidráulica conocida como Camino Griego. Se trata de un canal de abastecimiento de más de 30 kilómetros de trazado con destino a una importante explotación aurífera romana emplazada por encima del terreno aluvial actual en la margen derecha del río Carrión, que se extiende entre las localidades de Guardo y Villalba.
Análogamente, el Camino de los Moros queda también definido de igual forma tras la localización de una zona de trabajos mineros en las inmediaciones de la localidad de Mantinos, por lo que tendría una longitud de trazado de 21,5 kilómetros. No obstante, las dimensiones de los vestigios localizados no justifican la realización de una obra de estas características, por lo que es necesario seguir profundizando en el tema.
El nuevo análisis de conjunto que engloba los vestigios del valle de Aviados y los indicios de Camporredondo de Alba, así como del resto de zonas mineras descubiertas, nos ha permitido cuantificar provisionalmente las estructuras de explotación realizadas en época romana. El volumen de trabajos mineros, que superan por ahora los 12.000.000 de metros cúbicos de materiales removidos con casi 60 kilómetros de canales construidos, resultan merecedores de nuevos estudios en profundidad para resolver las diversas cuestiones ya planteadas y otras que, sin duda, aparecerán en el transcurso de las investigaciones.
Al margen de los avances conseguidos, es necesario llamar la atención sobre la singularidad de los restos de túneles y tramos excavados en la roca situados en las inmediaciones de la localidad de Velilla del río Carrión. Se trata, con toda probabilidad, de unas de las evidencias de conducciones hidráulicas mineras romanas mejor conservadas y más próximas a un núcleo urbano que se conocen en el noroeste hispano. Su importancia y accesibilidad no es merecedora del estado de total abandono en el que se encuentran, resultando muy fácil y poco costosa la puesta en valor de estos vestigios, que además implementarían el valor turístico del interesante y singular complejo de las Fuentes Tamáricas.
Para más información: Colección de Historia Montaña Palentina, número 6